jueves 21 de mayo de 2009

La Luz del Pardal





Durante la ultima década se ha producido un gran numero de casos OVNI en los cuales se han desarrollado todo tipo de manifestaciones. La gran mayoría de estos casos han dado lugar a las llamadas “Luces populares”. A lo largo de toda España existen diferentes comarcas en las que estas luminarias han ido apareciendo sin ningún tipo de explicación, como la de la “Luz de ribera Oveja” en Extremadura o la “Luz de Mafasca” en Canarias.

Pero quizás el mejor ejemplo de este tipo de sucesos lo encontremos en la provincia de Albacete donde muchos habitantes han sido los que aseguran haber visto en una finca unas formaciones luminosas que vuelan a sus anchas por las tierras manchegas, llegando a provocar incluso el miedo a salir de noche de sus casas.

Dicha finca, llamada “La Quéjola” se encuentra en el centro del triangulo que forman las localidades de San Pedro, Casas de Lázaro y Cañada Juncosa.

El primer encuentro con aquella misteriosa luminaria, lo tuvo, Cristino Cuerda, un pastor que diariamente recorría la finca “La Quéjola” con sus ovejas. Aquella noche, de finales de octubre o principios de noviembre, era muy fría, las ovejas tenía un comportamiento extraño, estaban atemorizadas. De repente apareció una luminaria pequeña, como rojiza, que iba casi a ras de suelo desplazándose rápidamente hacia unos almendros cercanos, donde desapareció.

Hacia 1900 se hacían verdades búsquedas de la luz del pardal, donde salían todos los vecinos del lugar a intentar atrapar esa extraña luz.

Numerosos vecinos han podido experimentar como estas luces les han acompañado a altas horas de la noche a un metro escaso del suelo:

- Isabel Flores y Joaquín Sánchez han estado varios años a cargo de la seguridad de “La Quéjola”. Una madrugada iban por la carretera cuando vieron lo que creyeron que era una moto, pues iba a un metro del. Lo que aterrorizó a Isabel fue que cuando ella paraba sus pasos, la luz se detenía, como si actuase inteligentemente.

- Eran las once y media de una noche de marzo de 1982, el Guardia Civil Eugenio Alarcón y su acompañante José Olmo, dieron el alto a la mismísima luz del pardal. Alarcón y Olmo no podían dar crédito a lo que estaban viendo, llegando incluso a desenfundar su arma. Lo que en un principio identificaron como la linterna de un furtivo, fue serpenteando hacia el interior de una zona de maleza, esquivando varios obstáculos, y desapareciendo al final.

Son muchas las incógnitas que rodean a la luz del pardal , que aun a fecha de hoy todavía están sin descubrir y que se presenta un gran reto para los parapsicólogos, descifrar el componente paranormal que esconde esta extraña y misteriosa luz.

Fuente: http://sendasdelmisterio.es